Beso robado

Ve al baño y píntate los labios: haz lo que quieras. No vuelvas a mirarme porque tus ojos pueden llegar a enturbiar mi mirada.

Pensar que pensé de aquel modo me deja una sensación un tanto desagradable. Mírame, hazlo sin recelo porque sólo tu mirada me llena de esperanza e ilusión; son esos ojos los que me recuerdan a mí misma en tu misma situación. Sonríe, hazlo ahora porque quizá después sea demasiado tarde -que tu sonrisa proviene de otro mundo y tu inocencia no-encontrada te mantiene imparcial, dejándote al margen de éste nuestro planeta-.

...y pensar que hubo momentos en los que quería robarte un beso... o dos... quizá tres... o siete.

Entre la verdad y la mentira

Le pides a gritos que te mienta, que lo haga de tal manera que no te des cuenta. Le ruegas que te engañe, que invente situaciones, historias, sentimientos, que diga lo que para ti significa todo aunque para él no signifique nada.

Fingirá lo que tú le ordenes y creerás todas sus palabras aún sabiendo que nada es cierto. Te llenará de efímeras pasiones y las escribirás todas en líneas carecientes de puro sentimiento. Creerás estar enamorada y para él sólo serás otra etapa más en su vida. Que no te importa él ni ella es algo que se percibe a lo lejos.

Si me miras a los ojos, encontrarás verdad pero tú prefieres vivir engañada. ¡Ay, amor, los estragos de la primavera que te hacen mella, que te hacen mella!

UNI - verso

Sólo déjame decirte que te regalaría las estrellas si etuvieran en venta, que viajaría al espacio y robaría la luna para traértela luego.
Toma la luna y no el sol. Dale la vuelta a la primera y observarás su cara oculta; olvídate del brillo del segundo, pues ni el Rey de los Astros supera el resplandor que desprende tu alma.

Vámonos juntas a Marte, a Júpiter, a Saturno, a Neptuno... porque no me importa el lugar mientras estés tú. Descubramos lugares extraordinarios, colores inimaginables -que mi piel es de colores prohibidos y el color de tus ojos es asombroso-.

...y llueve

El cielo nos tiene envidia, siempre llueve cuando se aproxima nuestro encuentro. Si el día comienza con un sol espléndido muy pronto todo se transforma en lluvia.

Las grises nubes ocultan el celeste y comienza a llover. La lluvia cae sin cesar, desaparece, vuelve, cae de arriba hacia abajo y hay veces en las que retorna a lo alto. Puede chispear, puede diluviar pero nada ni nadie logrará evitar nuestro encuentro. Tú y yo nos vemos, con paraguas o sin él, en plena tempestad o a la calma.

Y sorteamos los charcos y nos perdemos por la calzada, por las calles, por el pueblo de al lado... y frenas en seco al oír esa canción que te encanta y me sorprendo por ello y sonríes y sonrío... y ellas ignoran lo que significa aquéllo y nosotras reímos mientras nos buscamos con nuestras pícaras miradas... y pierdo el bus y tú me acompañas y te esperas conmigo.

http://www.youtube.com/watch?v=DIc-kdUMtBc

Quiero que sepas que escribo para ti

Escribo para ti. No sé si lo sabes pero escribo para ti. No sé si me lees o si me has leído últimamente pero escribo para ti.

Eres tú mi dulce musa, mi pequeña princesa, mi gran armonía. Amor, escribo para ti pero he de confesarte que temo por algo. Tengo miedo de que leas todas éstas mis palabras y creas que van dirigidas hacia otra persona. Me asusta tanto... pues menuda tontería, si sólo tú permaneces en mi mente junto a las cuatro letras de tu nombre y las cinco letras de tu hipocorístico que abrevian las ocho letras que componen tu apellido.

Incógnita

Me pregunto cómo son los besos que encierras en tu boca, las caricias que esconden tus manos, los deseos que se ocultan tras tu mirada. Me pregunto qué es lo que haces cuando estás triste, si son saladas tus lágrimas, si eres de las que no lloran nunca. Me pregunto qué es lo que sucede por tu mente cuando me miras, si me pensaste en algún momento, si me piensas en este instante, si algún día me pensarás.

Me pregunto todo pero no me atrevo a preguntarte nada. Aún así, quiero que sepas que mis silencios son más que eso. Eres bonita. Eres preciosa. Te adoro.

Cuando estoy con ella

Solamente quiero sentir su presencia; no me basta con sólo verla, quiero sentirla cerca.

Son momentos de plenitud a su lado, quiero permanecer eternamente junto a ella. Me sobran los motivos por los cuales la siento de este modo, me faltan las palabras para poder expresarlo.

Verla hablar, escucharla sin descanso, mirarla sin pausa, percibir todas las palabras que salen de sus labios... y la sonrisa final... ¿qué me dices de eso? La sonrisa final es tan pura, tan fresca como el suave tacto de su piel.

Pasear con ella es como caminar sobre nubes de colores; podría andar cuarenta maratones si estoy a su lado. Cuando estoy con ella, el tiempo se torna nada y cuando marcho -cuando marcha, cuando marchamos- vuelvo a sentirme sola en menos de lo que sucede un instante.

¿Qué es lo que más me gusta de ti?

Comienzo recordando tus ojos, esa mirada inocente y pura, llena de vitalidad; esa mirada tierna, acogedora y dulce; esa mirada que pretende ocultarse de mi mirar. Mis ojos buscan los tuyos, pretenden chocar con tus pupilas, procuran memorizar el color café de tu iris... y te rodean el cuerpo y deseo que tu mirada se mantenga fija en mis ojos.

Tu boca me quita el sueño. Tus carnosos labios son los que persigo para así poder besarlos -besarte- y transmitirte todo lo que llevo dentro. Palabras que salen de ellos son como billetes caídos del cielo. Quisiera ser el aire que respiras para así poder llenarte de mí.

Evoco tu cabello, el dulce olor que desprende a confitura. Tu cabello es golosina, es regaliz de fresa dulce, es tarta de nata y cerezas, es chocolate con almendras.

Son tus manos las que agarraron las mías con fuerza, es tu fina piel la que ansío tocar. Te acariciaría hasta dejarte insensible, hasta desdibujar todos tus poros, hasta emborronar cada célula tuya.

De ti me gusta todo porque no puedo evitar que me gustes toda tú. Quiero deshacerme contigo, que nuestras almas se fundan en un beso de amor.

Un ángel, mi ángel

Cuando hablo con ella se me dibuja una sonrisa en el rostro, se me iluminan los párpados y se disipan mis ganas de llorar, de caer, de abatirme. Ella es un ángel pero no es consciente de ello.

La quiero en silencio. Hablo con ella y la quiero en silencio. Río con ella y la quiero en silencio. Bailo con ella y la quiero en silencio. Pienso en ella en cada instante, en cada momento que transcurre, en cada fracción de tiempo. La recuerdo siempre porque nunca la olvidaré.

Si le pregunto cuándo nos veremos, ella me contesta tímidamente pero me da una respuesta y eso es lo más valioso que se puede encontrar en una persona a la que se le hace una pregunta. Si la saludo ella me devuelve el saludo. Si me intereso por su día a día ella se interesa por el mío.

Ella es un ángel pero no es consciente de ello.

Fantasmas del pasado

Él desapareció y ella no aparece. ¡Señoras y señores, vamos a darle la vuelta a la tortilla, unámonos todos y organicemos una estratagema para engatusar a la persona más imparcial que puede llegar a existir en el infierno que siempre describo!

Ella no aparece y él desapareció pero -de repente- volvió a mostrarse, volvió a mirarme como ayer, volvió a sonreír y yo volví a quebrarme. Ella se disipó sin decir nada. Él emergió de entre las tinieblas, siendo así un fantasma del pasado.

Distancia

Un halo de tristeza envuelve mi alma, pues no logro entrar en tu corazón si la puerta está cerrada. Te evoco efímeramente eterna, tu recuerdo es algo que está muy presente en mí. Sin embargo, sé que, por cada segundo que pasa, estoy más lejos de ti.

Ya puedo verte en la lejanía, difuminándote con el propio horizonte. Alargo la mano, estiro el brazo intentando alcanzarte, me desboco por lograrte pero tú permaneces dipersa, distante... en esa distancia tan doliente que resquebraja mi alma de dentro hacia fuera.

http://www.youtube.com/watch?v=1T4BGOUHsyw

A.E.C

Prepárate para la invasión de mis sentimientos, prepárate para la más estrambótica explosión de amor, pasión y deseo.
Sólo tengo palabras de admiración hacia ti pero me da flojera escribirlas todas. Podría transmitírtelas en un suspiro aunque, sin embago, no lo hago.

Quiero estar contigo, quiero saber de ti. Que no sé de ti -no, no sé nada- y ya ni sé si algún día volveré a saber algo, a saberte cercana. Te extraño, anhelo tenerte entre mis brazos, deseo con toda mi alma permanecer a tu lado. Ansío estar contigo.

A las puertas del metro

A las puertas del metro, escuché tu nombre. Me volteé esperando cruzarme con tu mirada, con esos ojos que me quitan el sueño, que me inspiran en cada letra que escribo.

Te busqué por todos lados, rodeé con mis ojos todos los recovecos del lugar, todos los túneles, todos los interminables pasillos, todas las baldosas. Miré por encima de todos los escalones que subimos juntas aquel día. Pasé por todos los lugares en los que caminamos juntas, donde me cogiste de la mano, donde me agarraste del brazo con dulzura.

Escuché tu nombre pero no eras tú. Te busqué pero ese día no te encontré. En esos momentos, sólo me quedaba tu recuerdo.

Si preguntan

Si ellos preguntaran qué es lo que quiero de ti, yo, sin dudarlo, con total seguridad, les miraría a los ojos y, sin titubear, les diría:

-Quiero estar con ella. Quiero pasear cogidas de la mano, dar la vuelta a la manzana y perdernos en cada esquina, perderme en cada luz que refleja su mirada. Quiero respirarla, llenar mis pulmones de su esencia, bailar con ella y quedarme con el aroma de su cabello, estrecharla, estrujarla contra mi pecho, guardarme en el bolsillo de la chaqueta todas y cada una de sus miradas.

Dadme cuatro letras y escribo su nombre en el cielo. Dadme dos aes, una i, una d y me tatúo su nombre en las pestañas para así poder recordarla en cada parpadeo.

Quiero mirarla sin descanso, abrir bien los ojos y deleitarme con su presencia. Si se me caen los ojos, la beso. Si se me caen los labios, la toco. Si se me caen las manos, la escucho. Si se me caen los oídos, me quedaría junto a ella siempre porque me basta sentir su alma para ser feliz.

Quiero hacerla sonreír, escuchar la melodía de sus carcajadas. Quiero verla todos los días con una sonrisa dibujada en el rostro. Quiero estar con ella.-

fabŭla

Solamente seguiré la trayectoria de sus ojos, de su mirada. Hoy por hoy, ella es la que guía mi alma: si se tira por un puente yo -sin dudarlo- me tiro.

Tus idas y venidas me traen loca, me desequilibran completamente. Apareces y desapareces como si tú misma fueras la sombra de tu propia sombra, como si te trataras de algo intangible, irreal. Pero no, no eres intangible -ni irreal- eso lo pude comprobar con mis propias manos.

Mis impulsos son más que eso: son actos. Pero yo no actúo con mis actos sino que lo hago a base de palabras. Amor, no hablo por hablar pues no soy ninguna charlatana.

Mi fábrica de sueños

Trabajo en un fábrica de sueños donde los azucarillos se venden por separado y en grupos de tres en tres. ¿Dónde se fue el azucarero? Ni yo lo sé y tampoco es algo que me interese saber.

El dulce y el chocolate se despidieron el uno del otro para depués volver a encontrarse, pues es irremediable que estén juntos aunque haya veces que se distancien. ¿Tú qué crees? Yo no soy ni dulce ni chocolate aunque mi persona sea suave como el primero, aunque mi fragancia sea intensa como el segundo.

Se acabaron las consideraciones en una jornada inusual: todo vuelve a su sitio, todo vuelve a su lugar aunque el caos y el libertinaje se hayan apoderado del propio todo. Mientras tanto, el azucarero sigue sin aparecer.

Espero que comprendas mi insistencia por verte, quiero estar contigo, espero que lo entiendas. Desespero con la espera pero sé que, después de todo, habrá valido la pena.

Te pienso mientras me tomo un batido de fresa. Los lacasitos de colores abundan a mi alrededor y los ositos de gominola cuelgan del techo de caramelo. El intenso olor a café aparece de repente, inpregnando mi cuerpo de su aroma. Muy pronto todo desaparecerá, todo: el azúcar, el dulce, el chocolate, el batido, los lacasitos, los ositos, el techo... todo menos tú porque una vez que apreciste ya no desaparecerás jamás.

Cada segundo que pasa es un tormento
porque estoy un segundo más sin verte.
Cada segundo que pasa es un alivio
porque me queda un segundo menos para verte.
Pronto nos veremos.

Quiero

Quiero demostrarte lo mucho que me importas. Quiero. Como querer es poder, yo -que quiero- lo haré: voy a demostrártelo.

Escribiré palabras de amor, te las escribiré. Conjuraré un hechizo para que te rodeen el cuerpo y te envuelvan el alma. Crearé mil y un textos pensándote mil y una veces multipicadas por mil uno. Respiraré todos y cada uno de los vocablos que salen de tus labios y me quedaré todos los besos que se escapan en cada respiración, en cada intervalo que hay entre palabra y palabra.

Escribiré todas las noches sin descanso -sin respiro alguno- con la única pausa intranquila que hay entre los espacios de cada línea interminable, con la única pausa intranquila que hay entre los espacios de cada letra, de cada tecla.

La vez eterna

Te miraré a los ojos y me perderé por ese mar de incertidumbre que refleja tu mirada. Te extraño, quiero verte una vez más y, cuando lo haga, cuando te mire fijamente a los ojos, desearé que esa vez sea la verdadera, la única, la real, la vez eterna.

Sólo tu felicidad es, para mí, pura plenitud. Quiero que seas feliz y no quiero que nunca, nunca, nunca más derrames ni una sola lágrima por seres inmaduros, carecentes de sesera, de poco corazón. Es tu sonrisa un mundo; es tu sonrisa mi mundo, tan bello y tan fantástico como tú -porque tú eres tú y eso es algo que nada ni nadie puede imitar-.

El tiempo pasa y, con él, mi desesperación aumenta: quiero verte en este instante y no me importa el lugar. Ya mismo serán siete los días que no te tengo cerca y es por ello que mi alma desespera.

...si me coges de la mano puedo tomármelo como algo personal.

¿Yo, triste?

¿Yo, triste? ¿Quién inventó tal disparate? Si tan sólo con pensarte se me ilumina la mirada, si con escribirte un saludo se me dibuja en el rostro una sonrisa, si me ruborizo sólo con mirarte... ¿quién dice que no estoy contenta?

Es realmente imposible no estar alegre a tu lado, junto a ti lo estoy y soy feliz.

Un día más

Fue hermoso abrazarte, fue bello sentirte cerca de mí. Fue realmente maravilloso notar tu corazón junto al mío, mirar tu sonrisa y ver cómo de ella se escapa tu risa -tan risueña y tan extraña como un lindo día en una semana gris-.

Sentir tu aliento en mi oído mientras me empapaba del aroma de tu cabello. Abrazarte y estrecharte contra mí como si se tratara del fin del mundo. Mirarte a los ojos y pedirte con voz de silencio que no te marcharas. Sé que aquellos instantes fueron únicos y no volverán.

Quiero un día más a tu lado.