jueves, 16 de abril de 2009

Mi fábrica de sueños

Trabajo en un fábrica de sueños donde los azucarillos se venden por separado y en grupos de tres en tres. ¿Dónde se fue el azucarero? Ni yo lo sé y tampoco es algo que me interese saber.

El dulce y el chocolate se despidieron el uno del otro para depués volver a encontrarse, pues es irremediable que estén juntos aunque haya veces que se distancien. ¿Tú qué crees? Yo no soy ni dulce ni chocolate aunque mi persona sea suave como el primero, aunque mi fragancia sea intensa como el segundo.

Se acabaron las consideraciones en una jornada inusual: todo vuelve a su sitio, todo vuelve a su lugar aunque el caos y el libertinaje se hayan apoderado del propio todo. Mientras tanto, el azucarero sigue sin aparecer.

Espero que comprendas mi insistencia por verte, quiero estar contigo, espero que lo entiendas. Desespero con la espera pero sé que, después de todo, habrá valido la pena.

Te pienso mientras me tomo un batido de fresa. Los lacasitos de colores abundan a mi alrededor y los ositos de gominola cuelgan del techo de caramelo. El intenso olor a café aparece de repente, inpregnando mi cuerpo de su aroma. Muy pronto todo desaparecerá, todo: el azúcar, el dulce, el chocolate, el batido, los lacasitos, los ositos, el techo... todo menos porque una vez que apreciste ya no desaparecerás jamás.

Cada segundo que pasa es un tormento
porque estoy un segundo más sin verte.

Cada segundo que pasa es un alivio
porque me queda un segundo menos para verte.

Pronto nos veremos.

2 comentarios:

  1. wow!

    Toda una fábrica de acaramelado amor...!!!

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  2. Pues esto es toda dulzura! que bonito escribes! es un gustazo leerte! que tengas buen día y que los segundos que pasen te acerquen a tu amor!

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