jueves, 25 de junio de 2009
Noche lóbrega, día oscuro
Háblame que yo te escucho. Háblame que me quedé muda. Háblame despacio, no midas tus palabras y no temas por mis extrañas respuestas, por mis espontáneos comentarios. Quédate conmigo que la noche apenas ha empezado y tenemos un día por delante.
(`´Enlace`´)
martes, 23 de junio de 2009
Mírame y no me mires
Interrogo tu mirada que se incrusta en mis pestañas. Tus ojos callan aunque ya dijeron todo al presenciar cómo las uñas se me hundían en la carne, al ver cómo mis labios se desvanecian, al contemplar cómo mi silencio enturbia mi mirada.
sábado, 20 de junio de 2009
Irme sin marcharme
Es difícil crear sin hallar, es realmente complicado hacer sin ver, sin saber, sin estar, sin ser. Amor, tú y yo no somos; no somos porque no estamos; no estamos porque no sabemos; no sabemos porque no vemos, porque no nos vemos.
No te preocupes por el resto que yo velo tu sueño mientras duermes y tú me imaginas mientras te sueño.
miércoles, 17 de junio de 2009
Echarte en falta
El hecho de echarte de menos es una sorpresa para el mundo y un suplicio para mí. Sorpresa por la situación en la que estás, en la que estamos. Suplicio por dos motivos. En primer lugar, quiero estar contigo en cada instante y cada segundo que vivo sin saber nada, sin noticias tuyas, se vuelve realmente angustiante. En segundo lugar, echarte de menos implica querer verte y -aunque sí, quiero verte- esto implica, a su vez, tener que esconderme o arriesgarme a que me encuentren.
domingo, 14 de junio de 2009
¿Te parece bien?
¿Y si nos escondemos? ¿Y si mejor nos quedamos arrinconados viendo la gente pasar? Pero, ¿y si nos encuentran? ¿Y si nos ven? ¿Qué pasaría por sus mentes? ¿Qué pasaría por nuestras mentes? Dime, ¿te parecería bien?
viernes, 12 de junio de 2009
Me acostumbré a vosotros
Me acostumbré a todo lo que os rodea porque todo eso me rodeaba a mí. Me acostumbré a las lágrimas, a la tristeza y la ansiedad que provocásteis. Todo eso pasó, logré escapar, conseguí huir pero no me acostumbro a no dormir. No me acostumbro a soñaros. No me acostumbro a recordaros. No me acostumbro a teneros cerca aunque estéis lejos. No me acostumbro a que preguntéis por mí, a que me habléis. No me acostumbro a que digáis que os importo porque nunca os importé.
jueves, 11 de junio de 2009
Cielo
Sube las escaleras y quédate tranquilo, los demonios tienen prohibida la entrada, ellos no podrán molestarte si no los buscas. Ahora bien, puedes buscarlos pero después no te quejes de sus horribles miradas ni de sus temibles actos.
Palabras nocivas flotan en el aire, podemos mirarlas embobados o podemos retirarlas con la mano. Coges una y se te escapa entre los dedos, se escurre como si fuera niebla, se desliza como si fuera agua. Yo la toco y se desvanece, se disuelve como la cera frente a las llamas.
Cuando hayamos bajado al infierno, recuérdame que te recuerde todo lo que hemos escuchado.
miércoles, 10 de junio de 2009
Silencio
Aparecemos y desaparecemos como si nada. No importa mi presencia, tan sólo es importante la ausencia de ésta. Cuando me haya ido -cuando vuelva de donde vine- será entonces el momento clave.
domingo, 7 de junio de 2009
Imaginarte
Si estás junto a mí para qué voy a pensarte lejano, por qué iba a invertarte si estás de cuerpo presente. Con mis ojos puedo mirarte, con mis manos puedo tocarte... qué no daría yo por mirarte, tocarte, respirarte, escucharte, adularte, acariciarte, sonreírte, contentarte, alegrarte.
Cerremos la puerta y demos la vuelta al cerrojo; cerremos la puerta y salgamos por la ventana entreabierta.
viernes, 5 de junio de 2009
Quédate c o n m i g o
Ábreme la puerta cuando se me hayan olvidado las llaves, ven a buscarme cuando me haya perdido, espérame si no llego a tiempo. Quiero que estés a mi lado en todo momento porque yo ya me cansé de pausas, de esperas, de colas interminables, de precios desorbitados, de personas desalmadas.
Quédate conmigo y háblame que yo te escucho; quédate conmigo y escúchame que yo te hablo. Mírame de frente y dime lo que piensas que yo ya te diré lo que opino en cuanto lo haya averiguado.
jueves, 4 de junio de 2009
Ahora que te vas
Supuestamente, te vas. Te vas y no volverás. Fue nuestro diálogo más extenso y maldigo mi suerte porque justo aparece a pocos días de tu partida. Fue mi última conversación contigo y la única que dio sentido a nuestra posible amistad.
Pudimos ser amantes -de hecho, estuvimos a punto de serlo-, pudimos ser los mejores amigos de la Tierra pero, sin embargo, llegamos a ser los peores enemigos durante un prolongado tiempo.
Me lanzaste las peores palabras a la cara y yo guardé las mías en una caja ofreciéndote tan sólo silencio. Silencio que te dolió más que otra cosa y te hizo realizar actos que ni tú mismo creías que podrías hacer. Me quedé muda dos meses y durante dos meses tu mirada era sólo tristeza. Pero después, mucho después, volví a dirigirte la palabra y volví a estar semi-ausente aunque sé que tú ya estabas ausente perdido.
Ahora que te vas es cuando somos los mejores compañeros y, ahora que te vas, no quiero que te vayas.
miércoles, 3 de junio de 2009
Beso robado
Pensar que pensé de aquel modo me deja una sensación un tanto desagradable. Mírame, hazlo sin recelo porque sólo tu mirada me llena de esperanza e ilusión; son esos ojos los que me recuerdan a mí misma en tu misma situación. Sonríe, hazlo ahora porque quizá después sea demasiado tarde -que tu sonrisa proviene de otro mundo y tu inocencia no-encontrada te mantiene imparcial, dejándote al margen de éste nuestro planeta-.
...y pensar que hubo momentos en los que quería robarte un beso... o dos... quizá tres... o siete.
martes, 2 de junio de 2009
Llámame como quieras
Si no vienes tú, iré yo. Puedes llamarme como quieras, yo te llamaré amor.
Amor -o amado mío-, vayámonos juntos donde sea. Huyamos y viajemos allí donde el Sol es más brillante, donde la Luna es más hermosa. Pero ni el refulgir ni el ardiente del astro, ni la hermosura del satélite logran alcanzar tus indescriptibles palabras.
Tus palabras son bellas -son más que eso-, cada vez que te leo las lágrimas se adueñan de mis ojos y mi mirada se vuelve llanto... pero sonrío.
Escríbeme que yo escribo para ti porque así lo dicta mi alma, porque es tu apoyo el que más me da fuerza, porque te soy sincera y tú me eres sincero, porque llegó mi turno -que tú ya moviste ficha-, porque quiero que seas feliz, porque -aunque no pueda verte- estoy segura de que estás sonriendo en este instante.
No-presencia
Quiero pensarte hasta perder el sentido, hasta olvidarme de todo lo vivido, hasta quedarme paralizada a causa de tu no-presencia. Voy a cansarme de todo lo que ocurra, de todas las palabras marchitas, de todos los oscuros lugares. Sí, voy a cansarme de todo pero me niego a cansarme de ti, tan sólo me canso de tu no-presencia.
Vas rondando por mi mente -dando vueltas sin cesar-, permaneces, eres incansable, insaciable, pero no inimaginable. Te imagino. Te imagino y continúas en mi pensamiento, casi inmóvil... -casi... porque deambulas y vienes pero nunca vas-. Que no quiero que vayas, que yo quiero que vengas, que me cansé de ésta tu no-presencia.
Quiero pensarte hasta perder el sentido... y me duele la cabeza de imaginarte sin cesar.
lunes, 1 de junio de 2009
Desespero
Tú estás allí, yo estoy aquí: no hay nada más. Desapareces sin previo aviso y no apareces sin avisar. Pegas la vuelta, yo cierro los ojos y te imagino junto a mí. Avanzas un paso, yo cierro los ojos y te imagino junto a mí.
El reloj se hace pesado, vuelan las horas pero, sin embargo, los segundos se tornan largos porque son días enteros sin tu voz, sin tus palabras. No puedo comprender lo que me sucede, no quiero comprenderlo. Se dice que se vive mejor desde la ignorancia, pues dejemos que sea así.
Me faltan palabras para expresar cómo me siento, yo creía que se habían inventado todas y ahora comprendí que no es así. Difícil de explicarlo... ¿presentimiento?
Te espero, tú no apareces y yo te espero. Me enojo, tú no apareces y yo desespero.