lunes, 28 de diciembre de 2009

El susto

Menudo sobresalto sentí cuando él terminó su jornada, pues me dio la impresión que te esperaba. Revoloteaba por la sala y daba vueltas, vueltas, muchas vueltas, haciendo ver que estaba ocupado, mirando lejos como si permaneciera con la mente en blanco, buscando algo que sabía perfectamente dónde lo había dejado. Asustada, se lo conté a tu hermana a quien sorprendió un tanto mi teoría, pues nadie creería que tan lejos llegaría el espécimen en si.

Por suerte, se desvaneció más pronto de lo que pensé... y es que sé que supo que su plan había destapado.


Para Neims

sábado, 19 de diciembre de 2009

#15

Te vi. Tú también me viste. Decidiste mostrarte pero no mostraste tu afecto, no dejaste surgir esa amabilidad que normalmente te acompaña. Mal hecho por tu parte; muy bien con el resto, equivocado conmigo. Acto completamente erróneo, silencio eterno en tiempo efímero.

Vas y vienes, deambulas a paso pausado de un modo diferente con que lo haces normalmente. Te detienes e inviertes tiempo en algo -alguien- que llama tu atención para después marcharte sin más. Te fuiste y lo hiciste sin darme el saludo que tanto esperaba. ¿Acaso te olvidaste?

lunes, 7 de diciembre de 2009

El Mejor Relato de la Semana amorosa en El Arte de la Literatura

El Arte de la Literatura es una comunidad literaria que os recomiendo totalemnte. Si os registráis, podéis publicar vuestros relatos, poesías, etc. Publiqué un relato (que anteriormente ya había publicado aquí) y me lo han seleccionado como el Mejor Relato de La Semana Amorosa. Pinchad AQUÍ para leerlo.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Adornos

Te gustaban y yo lo ignoraba. Llevaba esos adornos por costumbre y justo utilizaba aquéllos porque los tenía más cerca. No fue por nada en especial, no era que justo ésos tuvieran algo que destacara en los demás, pero los llevaba. ¿El porqué real? Porque sí -quizá-, porque me faltaban motivos o puede que me sobraran muchos de ellos: no lo sé. ¿Quién sabe qué? Yo no.

Nadie se había fijado en ellos, salvo yo. Los conseguí porque, en un principio, me llamaron la atención pero esa espectación fue efímera y marchó. Tanto así que llegué a olvidarlos: el hecho de llevarlos puestos se transformó en pura rutina.

...y no sé cómo...
...y ya quedó claro que ni porqué...

El cuándo y el dónde sí lo sé. Fue en el momento y el lugar … ¿adecuados? Para nada. No importa, lo importante es que te fijaste en ellos y el me gustan mucho, sí, sí me gustan -que acompañó la escena- fue realmente impredecible.