jueves, 11 de junio de 2009

Cielo

Hablemos del cielo y el infierno. Hablemos del cielo cuando estemos serenos; hablemos del infierno cuando no queramos ni estar.

Sube las escaleras y quédate tranquilo, los demonios tienen prohibida la entrada, ellos no podrán molestarte si no los buscas. Ahora bien, puedes buscarlos pero después no te quejes de sus horribles miradas ni de sus temibles actos.
Palabras nocivas flotan en el aire, podemos mirarlas embobados o podemos retirarlas con la mano. Coges una y se te escapa entre los dedos, se escurre como si fuera niebla, se desliza como si fuera agua. Yo la toco y se desvanece, se disuelve como la cera frente a las llamas.

Cuando hayamos bajado al infierno, recuérdame que te recuerde todo lo que hemos escuchado.

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