Menuda cara de poker se me quedó durante apenas unos segundos. Me eché a reír al vérmela reflejada en el cristal, el mismo por el que seis ojos me observaban en ese instante.
Ni siquiera ella terminó de formular la pregunta y la finalicé con una respuesta, pues pude ver en sus ojos lo que quería decirme antes de que las palabras llegasena a us labios. Se quedó a medias: por un lado, se sintió aliviada; por el otro, pude percibir la intriga que la consumía.
Quise olvidarme de todo al subir las escaleras pero, mientras subía, -a cada peldaño- fui recordando con todo detalle el hecho por el que permanecí con cara de poker.
Un gusto inmenso leerte siempre..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos..
Te quedas con la incertidumbre de saber el por qué de la cara de poker.
ResponderEliminarSaludos!
la cara de poker se me queda a mi.
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