martes, 15 de abril de 2008

Ira

Sus ojos reflejaban cierto enfado al escuchar aquello que nunca quiso haber oído. Sus labios susurraron algo que no logré comprender pero, a medida que fueron pasando los minutos, lo hice.

Pasamos por un mal trago al darnos cuenta de la situación aunque su sonrisa final nos provocó gran alegría. Después de todo, siguió feliz, tal y como lo había hecho siempre, y nos advirtió de aquello que podría pasar. ¿Qué pasará si...? Prefiero no averiguarlo.

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