viernes, 18 de febrero de 2011

Ausente

Ni siquiera ella sabía de qué iba el asunto. Reímos ambos -tanto él como yo- cuando nos percatamos de ello. Fueron varias las miradas cómplices que se cruzaron en la mesa y otras tantas de incertidumbre por parte de ella. "No lo van a entender", dijo él, pues tanto ella como el resto desconocía nuestra historia.

Hablamos de esto mismo, mi época semi-ausente. Yo creía que las paredes del lugar escucharon todo lo que pudieran escuchar en estos dos años pero no, estuve equivocada. "¿Seguro que no sabías nada? ¿Nada de nada?", pregunté y ella -con cara de sorpresa- contestó que no, que no sabía nada del evento y mucho menos de la historia. "Ya te contaré, ya", terminé diciendo.

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