martes, 12 de enero de 2016

Oveja negra

Soy la oveja negra
de este níveo rebaño,
donde simulan bailar al mismo son
mientras miran a un lado y a otro
con temor a que me acerque yo.

Esa oveja tan blanca,
como la nieve helada,
es capaz de tender la mano al prójimo
para después mirarle
por encima del hombro
y así recordarle por qué motivo
no cayó al vacío.

Soy la oveja negra
de este claro rebaño,
donde fingen júbilo por doquier
mientras les reconcome la envidia
cuando siento yo verdadera alegría.

Este rebaño tan podrido
de codicia,
de egoísmo,
de tristeza
-al fin y al cabo-
tan carente de esperanza...
sigue unido como el primer día
y lo seguirá hasta el último.



2 comentarios:

  1. Siempre fui amigo de las ovejas negras, hasta llevé una pegatina de una pegada en el coche que me robaron...seguro que alguna oveja nívea. Malditas ovejas níveas de ideas standard y pensamientos similares.

    Salud!

    ResponderEliminar
  2. Rebaños, níveos u oscuros, siempre serán ovejas que siguen a su pastor. Así de triste, así de vacío. Mejor ser diferente en todo, incluso en el color. Precioso. Un saludo.

    ResponderEliminar