Caminar. Caminar sin mediar palabra. Echar a andar sin detenerse a una velocidad mayúscula, en linea recta, sin mirar atrás. Mientras tú intercambias vocablos con los transeúntes, yo intercambio miradas y gestos cómplices que me acompañan desde el inicio del camino hasta el final.
Te dedicas a oscilar entre tanto ajetreo, piernas e inquietudes toman el control del cuerpo. La voz suena a pasado, signo corrompido de ingrata conciencia, de días acabados, de rabia en puro estado.
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