
Ella -la ninfa de la naturaleza- se contoneaba lentamente al caminar por aquel reducido espacio. Las pequeñas arrugas se asomaban por esos espectaculares ojos y sus formas -sus simples curvas- hacían notar su edad.
Aún así, ella siempre será y siempre estará con nosotros -aunque no lo esté de cuerpo presente-. Será eterna como esas esmeraldas que colgaban de sus orejas.
Quisiera ser ella.
Quisiera ser el color de sus ojos...
ResponderEliminarpase a conopcerte ¡
ResponderEliminarVerde esperanza, de lo verde...porque el verde es paz , el campo es verde....azpeitia
ResponderEliminarFelicidades: un texto realmente conmovedor. Sigue así; citaría a alguien pero te pondrías a chillar como una loca porque no te gusta XD, así que sólo me queda decirte que actualizaré pronto.
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