Eres
la eterna
luz del día
que ilumina
mi camino.
Eres
la pena
de mi alegría
que camina
por el olvido.
Eres
el dueño
de mis sueños
que me alegra ver.
¿Y qué,
si eres así?
¿Qué importa,
si la vida
es corta,
si eres
el lamento,
que me arañó
por dentro,
en uno
de mis cuentos?
Eres
el robusto árbol
que no habla
pero escucha
una a una
mis palabras.
¿Y qué,
si eres así?
¿Qué importa,
si mi alma
se ahorca,
si eres
la lejanía
del horizonte,
que camina
por el día
y anda
por la noche,
y no puedo conseguir?
Eres
el fuego ardiente
que quema
y a la vez miente
sobre su deseo.
Eres el cielo
-infinito-
te miro
y te veo
siempre
con un mismo
color azul.
¿Y qué,
si eres así?
¿Qué importa,
si no encuentro
otra rima,
si eres
el silencio
que calla
y que opina
donde quiera
que estés?
¿Qué importa...
si te quiero igual?
Larga arquitectura y bello poema...un abrazo desde azpeitia
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