martes, 27 de mayo de 2008

El misil

Una mañana aparentemente normal. Día aburrido: la prueba. El silencio invadió la sala durante un largo tiempo pero, desgraciadamente, se rompió.

"¿Qué es eso que se oye, allá, a lo lejos? ¿La melodía de un móvil? ¿Un cohete?"- decían "Un misil"- susurramos a la par mi maestra y yo. Miré a mi alrededor: unas cuantas mesas, papeles, personas, mis compañeros, mis amigos, mi vida, su vida... y en unos segundos no iba a quedar nada.
Podía ver el cercano futuro: fuego, sangre, destrucción y dolor... mucho dolor. Mis ojos se llenaron de lágrimas al verla tan cercana a ella: mi peor enemiga. "¿Por qué tienes que venir ahora? Te supliqué que vinieras más tarde..."- pensé. Mi muerte, nuestras muertes -supuestamente- serían repentinas.

Me acordé de tantas cosas... recordé el poder de EE.UU, Hiroshima, las bombas de destrucción masiva... evoqué su rostro, su sonrisa, su vida... intenté guardar en mi efímera memoria la expresión de mi maestra...

¡Fiiiiiiiiiiiiiiuuuuuuuuuuuuuuuh! ¡Plop! El misil cayó y explotó. "¡Era un petardo!"- exclamaron los inconscientes.

Mi mano temblaba y mi expresión de terror seguía en mi rostro. Entonces, la maestra se acercó a mí y dijo: "Tranquila, nunca sabremos cuándo será nuestro final".
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2 comentarios:

  1. subir una pequeña cuesta...llegar a la cima...

    Esa es la historia (aunque nunca lleguemos)

    Un fuerte abrazo.

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  2. Muy bueno, totalmente atrapante...muy interesante y tenia razon la maestra "nunca sabremos cuando sera nuestro final" aunq mejor asi,creo! :D

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