"Somos muchos pero no somos nadie"- recordó el alma olvidada. Y es que ese alma se siente en su completa e insufrible soledad.
No habla con nadie porque no quiere, no ríe porque no quiere... tan sólo pierde el tiempo lamentándose y nada más.
-¿Por qué no te liberas de tu propio castigo?- pregunté al alma triste.
-¿Para qué, si no soy nadie?- contestó.
-No sé para qué me molesto en preguntarte si harás lo que te plazca... ¿Sabes lo que te digo? Véte y no vuelvas- dije.
-¿Que me vaya?- preguntó, sorprendida.
-Sí. ¿Para qué vas a quedarte si no quieres vivir?
Dicho esto, el alma esbozó una abstracta y simple sonrisa y, sin mediar palabra, se marchó dejando tras de sí un rastro lleno de vida... la vida que no quiso vivir.
La soledad de las almas olvidadas no debe ser óbice para seguir viviendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Recuerde el alma dormida
ResponderEliminaravive el seso y despierte....etc..
el alma es caprichosa, triste melancólica, por eso son felices los sin alma----azpeitia
Realmente, pone la piel de gallina...
ResponderEliminarMagnífico