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domingo, 13 de julio de 2008

Obsesión IV: Tormenta

Estamos en la misma situación: comenzó la tormenta. Las frías gotas de agua azotaban con suma fuerza los critales de aquel lugar. Tú y yo de la misma manera pero en lugares distintos. Yo pensando en ti. ¿Y tú?

Me evocaste cuando ella pasó por tu lado, cuando te rodeó, cuando te habló. Sé que sus palabras te recordaron -remotamente- a las mías. Que te hubiera gustado que aquellas mismas hubieran salido de mis labios. Lo sé: me lo dijo ella misma.

La tormenta no cesaba ni tampoco lo hacían mis tan oportunos pensamientos. Las luces chisporroteaban como lo hacía el alma refulgente que jamás vio la luz. Tiempo exacto, tiempo extraño... y de repente, más rápido que un suspiro, todo quedó en nada: oscuridad efímera.


En el lugar donde me encontraba yo, todo sucedió casi en un parpadeo y es muy probable que hubiera ocurrido lo mismo donde tú estabas. Pude notar tu presencia en plena oscuridad. Es más: no quería que aquel momento finalizara jamás porque sabía que, realmente, no estabas allí.
Es posible que tú también sintieras lo mismo que yo. Y también puede que me recuerdes más que yo te recuerdo a ti. Lo sé: me lo dijo ella misma.

viernes, 11 de julio de 2008

Lejos ------------ Obsesión III: Viviré por ti.

LEJOS

Ámame cuando me vaya. Quiéreme cuando esté lejos. Siénteme en plena ausencia. Háblame cuando ya no esté.

¿Y si me marcho? ¿Me prometes que estarás conmigo totalmente? ¿... que mi ausencia nos unirá más que ahora? ¿... que las lágrimas ya no correrán por mis mejillas? ¿... que tú serás mío y yo seré tuya sin llegar a serlo? ¿Me lo prometes?

... Y yo sigo aquí sin saber por qué. ¿Por qué?




OBSESIÓN III: VIVIRÉ POR TI

Cuando te miro a los ojos sin verte me siento extraña. Cuando miro a través de tus ojos me siento... completamente extraña. ¿Dónde estás? Quiero saber de ti; hace tiempo que no sé de ti.

Experiencias compartidas que aún no hemos tenido oportunidad de compartir. Háblame: explícame lo que ya sé. Quiero oírlo salir de tus labios. Dímelo. Tú hazlo. Dímelo y viviré por ti.

viernes, 4 de julio de 2008

Tempus fugit

Te miro y no te veo. Ayer dieciocho años y hoy cinco meses.

Observo cómo pasa el tiempo y controlo aquello que no supe controlar. Sigo mirando al horizonte y consigo ver lo que nunca imaginé: tiempo inexistente. Porque el tiempo es oro y el oro... no es nada.

Tiempo oblicuo. Me tambaleo sin llegar a moverme mientras miro mi reloj -mi dichoso reloj-. ¡Sigue engañado! ¡Tú sigue! No me mires; no conseguirás saber nada más. Evita lo inevitable y serás un héroe. Tremendo engaño; otra extraña obsesión.

domingo, 1 de junio de 2008

Obsesión II

Te vi sin mirarte; estabas junto a mí sin llegar a estarlo. Tu nombre, para mí, era sólo una misteriosa incógnita. Sí, es cierto, lo era pero ahora ya no lo es.

Creí que mi extremada obsesión terminaría al averiguar tu nombre pero ahora me doy cuenta que tan sólo es una etiqueta que no me permite ver más de esas cinco letras. Te imagino -dulcemente- como hasta ahora siempre te he visto: detrás de ese trozo de metal (o lo que sea) cubriéndote las piernas, uniformado, altivo, tímido, aterrado por la gente que pasa sin cesar y que mira -como el ave carroñera- a través del recargado aire que envuelve ese lugar día tras día...

Sé que tú también me viste sin mirarme y también que me imaginaste como siempre me habías visto. No preguntes cómo: lo sé y nada más.

Me gustaría saber más cosas sobre ti. Conozco tu etiqueta, pero no conozco tu persona, tu alma, tu vida...
Safe Creative #0806010707201

martes, 6 de mayo de 2008

Obsesión

Después de siete días, te encontré. Sentí cierto nerviosismo al verte aunque, momentos antes de hacerlo, creí que no lo iba hacer aquel día.

Te hallaste en el horizonte -alma borrosa que tantea lo indefinible- y tu difuminada silueta soltó al aire cierto elemento que anhelé e hizo volar mi imaginación.
Me acerco y huyes. Te aproximas y me marcho. Nuestras paralelas almas se miran -paralelamente- creyendo no saber mirar. Te he visto diferente, pareces otra persona, aunque sé que tu alma es la misma y que siempre serás tú.

¿Tu nombre? Aún no lo sé y quiero saberlo. Sé que, cuando lo haga, finalizará mi extraña obsesión.

viernes, 2 de mayo de 2008

Siete días

A menos de un metro y medio de distancia, le tenía frente a mí. Dijo aquello que yo creí haber intuido aunque no sabe si sé lo que está sucediendo.

Sí: lo sé. Hace tiempo que lo averigüé y la verdad es que no me importa demasiado; es su vida y no pienso meterme donde no me llaman. Aquel día, sus almendrados ojos me miraron como si quisiesen contarme todo lo que ya sabía. Quería desahogarse conmigo pero sé que no lo hizo por simple seguridad.

Ese mismo día, yo también tenía algo que contar. Pensé en decirle lo que pensaba porque él para mí era mi figura paternal. Quería decirle cómo me sentí al ver aquella increíble persona después de tantos meses:
-Recuerdos invadieron mi pesar- Sus labios apenas dibujaron una sonrisa y sus manos temblaron al verme pasar. El ruido de las cajas que cayeron al suelo retumbaron en mi cabeza una y otra vez. Nuestras miradas se cruzaron. Ha pasado una semana y todavía escucho ese ruido mientras evoco su extrema mirada.

No se lo dije. Me hubiera gustado explicarle a mi figura paternal todos mis pensamientos pero no lo hice.