Quiero pensarte hasta perder el sentido, hasta olvidarme de todo lo vivido, hasta quedarme paralizada a causa de tu no-presencia. Voy a cansarme de todo lo que ocurra, de todas las palabras marchitas, de todos los oscuros lugares. Sí, voy a cansarme de todo pero me niego a cansarme de ti, tan sólo me canso de tu no-presencia.
Vas rondando por mi mente -dando vueltas sin cesar-, permaneces, eres incansable, insaciable, pero no inimaginable. Te imagino. Te imagino y continúas en mi pensamiento, casi inmóvil... -casi... porque deambulas y vienes pero nunca vas-. Que no quiero que vayas, que yo quiero que vengas, que me cansé de ésta tu no-presencia.
Quiero pensarte hasta perder el sentido... y me duele la cabeza de imaginarte sin cesar.
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