Si no vienes tú, iré yo. Puedes llamarme como quieras, yo te llamaré amor.
Amor -o amado mío-, vayámonos juntos donde sea. Huyamos y viajemos allí donde el Sol es más brillante, donde la Luna es más hermosa. Pero ni el refulgir ni el ardiente del astro, ni la hermosura del satélite logran alcanzar tus indescriptibles palabras.
Tus palabras son bellas -son más que eso-, cada vez que te leo las lágrimas se adueñan de mis ojos y mi mirada se vuelve llanto... pero sonrío.
Escríbeme que yo escribo para ti porque así lo dicta mi alma, porque es tu apoyo el que más me da fuerza, porque te soy sincera y tú me eres sincero, porque llegó mi turno -que tú ya moviste ficha-, porque quiero que seas feliz, porque -aunque no pueda verte- estoy segura de que estás sonriendo en este instante.
que bello al fin te leo.. un gusto inmenso, bienvenida..
ResponderEliminarsaludos fraternos con mucho cariño
besos
un abrazo
mola:)
ResponderEliminar¡Has vuelto con fuerza, oye!
ResponderEliminarUn abrazo, dríada del bosque.