El aire recargado invade mis pulmones mientras mi mente se evade por un mundo irreal. Me marcho y continúo paralizada -completamente extasiada- mientras la vida me pasa de largo: mi alma se va.
Concreto un silencio eterno -sé que nunca finalizará- y me planto allí: donde quiera que esté. Me quedo inmersa en simples pensamientos viendo cómo pasa y pasa el tiempo. Sí: el tiempo pasa. El tiempo pasa y pasa... y se acaba.
Un, dos, tres... tic-tac, tic-tac... transcurren los días, las horas, los minutos, ¿o más bien los segundos? Y mi mente y mi cuerpo se sienten impotentes viendo cómo mi alma se va.
Reflexivos versos, querida amiga.
ResponderEliminarUn dejo de tristeza los perfuma.
Te acerco mi abrazo.
Naltrus els blocaires, formem part d'aquest món irreal, no?
ResponderEliminarDe vegades també ho penso... SALUT!! I vida, molta vida!
Es cierto, el tiempo avanza, pero es obligación y decisión propia, el hecho de sincronizarse con él o estancarse en momentos, días, horas, minutos o segundos muertos...
ResponderEliminarTempus fugit...
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