Me hallo rodeada de notas musicales que perturban mis pensamientos en este mismo instante. Se enciende, se apaga y, cuando lo hace, una voz igual de perturbante irrumpe el segundo del supuesto silencio susurrando e implorando ciertas dichas que no logro descifrar.
Una y otra vez, se repite esa dichosa melodía que -insisto- no me deja pensar con claridad. Ahora, he de concentrarme en mis palabras y dejar que todo transcurra a pesar de este pesar...
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