Él desapareció y ella no aparece. ¡Señoras y señores, vamos a darle la vuelta a la tortilla, unámonos todos y organicemos una estratagema para engatusar a la persona más imparcial que puede llegar a existir en el infierno que siempre describo!
Ella no aparece y él desapareció pero -de repente- volvió a mostrarse, volvió a mirarme como ayer, volvió a sonreír y yo volví a quebrarme. Ella se disipó sin decir nada. Él emergió de entre las tinieblas, siendo así un fantasma del pasado.
Cuanto te entiendo mi buena amiga... te entiendo bien...
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