sábado, 29 de diciembre de 2007

Un parpadeo bastó para cambiar

Parecía que todo iba muy bien. Y es que decidimos ser algo más que amigos.
Duende, nuestro amigo en común, leyó en mi fotolog la carta y me dijo que se alegraba mucho por nosotros dos. Éste se encargó en decirlo a los cuatro vientos y la gente nos apoyaba. El único que empezó a molestarnos fue Troll.
Elfo le enseñó a Troll mi carta y éste (que vive allá con él) no estaba de acuerdo con lo nuestro. Su novia empezó a mover hilos: quería que Elfo y su prima estuviesen juntos. "Pues lo tiene claro", me dijo él una vez.

No sé porqué, pero todo empezó a cambiar. Supongo que fue por la presión de Troll, de su novia... y del compromiso. Quizá se sentía algo presionado por eso y por tantas cosas que ocurrieron en su vida. Un día, decidí que era mejor que volviésemos a ser amigos como antes. Lo hice cuando veía que me tenía algo abandonada y cuando más agobiado estaba. "Es normal, a tanta distancia", dijo Duende cuando se enteró de lo ocurrido.

A Elfo le pareció bien mi decisión, aunque me dijo que le había hecho daño. Seguimos siendo amigos pero todo era igual respecto al amor y mejor respecto a su comportamiento. Los "te quiero" no cesaron ni tampoco los "te echo de menos". Me dijo que, a lo mejor, vendría para Navidad.

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