Anoche soñé con ella

Anoche soñé con ella. Soñé que yo misma le decía que no me gusta estar así, que no me agrada esta situación. Soñé que la abrazaba que la perdonaba y le pedía perdón.

Pero esto no es un sueño. Nos cruzamos en silencio, nos miramos sin mirar. Ignoramos nuestra presencia haciendo ver nada como si nunca hubiéramos hablado, como si jamás nos hubiéramos llegado a conocer.

Es probable que tu reacción al asunto haya sido un tanto desconsiderada; es posible que mi reacción al conflicto haya sido un tanto desmesurada -o no-. Aún así, lo que realmente es cierto es que todo esto no arregla ni soluciona nada.

Siempre me quedará el recuerdo de una efímera y bonita amistad.