Solamente quiero sentir su presencia; no me basta con sólo verla, quiero sentirla cerca.
Son momentos de plenitud a su lado, quiero permanecer eternamente junto a ella. Me sobran los motivos por los cuales la siento de este modo, me faltan las palabras para poder expresarlo.
Verla hablar, escucharla sin descanso, mirarla sin pausa, percibir todas las palabras que salen de sus labios... y la sonrisa final... ¿qué me dices de eso? La sonrisa final es tan pura, tan fresca como el suave tacto de su piel.
Pasear con ella es como caminar sobre nubes de colores; podría andar cuarenta maratones si estoy a su lado. Cuando estoy con ella, el tiempo se torna nada y cuando marcho -cuando marcha, cuando marchamos- vuelvo a sentirme sola en menos de lo que sucede un instante.
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