jueves, 18 de noviembre de 2010

Estrellas

No sé si te has dado cuenta de que no tengo ganas de perder el tiempo, que pierdo lo que encuentro y encuentro lo que no quiero. No sé si te percataste del aire que respiramos, dime si realmente es puro, pues esto que respiro lo confundo con mi propio veneno.

Deja que me retire y me olvide de todo, tú márchate, ve donde quieras. Nos encontraremos cuando el resplandor de las estrellas contraste con el de tus ojos y -sólo entonces- nos reencontraremos cuantas veces sea necesario.

Tonta

¿Sabes? Eres tonta. Te lo digo para que lo sepas, por si no te quedaron claras mis insinuaciones. Lo tuyo no tiene ni solución ni escapatoria alguna, simplemente eres tonta sin más. De la esperanza, olvídate porque hace tiempo que te abandonó completamente. Tus sueños ya puedes ir dejándolos a un lado, pues dudo mucho que lleguen a cumplirse. Si luchas por ellos, es posible que los alcances a trompicones aunque, mejor, déjalo -total: acabas de tirar tu vida por la borda-.

Saltar

Es como perecer en la ilusión, como si el encanto abandonase palabras, símbolos. Es como si las ideas carecieran de base o como si a ésta le faltara fortaleza. No sé, relamente, no lo sé con exactitud; de lo único que estoy segura es que no me gustan para nada los comienzos, pues un comienzo implica un final.

Saltar. Sortear espacios vacíos. Subir los peldaños de tres en tres, olvidar los protocolos, dejar a un lado las frases de cortesía: pasar a la acción. Sólo quiero llegar a la cima sin pensar ni recordar, porque si pienso, recuerdo y si recuerdo, pienso.  
Empezar la casa por el tejado. Quizás así sea mucho más interesante o puede que resulte inquietante y aterrador cuando llegue el momento de caer.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Una imagen

Una imagen, un minuto, una pequeña historia y unas pocas palabras son lo único que me hace falta para reinventarte en tu no-presencia. No hablaremos de ausencia cuando no estés, hablaremos de ti, de tus anécdotas, pues te imaginaremos, te crearemos en un instante tan único como efímero.

Necesito poco tiempo y poco espacio para escribir algunas letras en el cielo, para deletrearle tu nombre al silencio y deshilachar de entre las nubes los suspiros que se me escaparon en secreto.

Giremos el reverso 180º. Podríamos desecharlo, ignorarlo, olvidarlo pero, sin embargo, ahí está y así lo empleamos.