Tu ausencia

Marchan los segundos como viento -como aire, como nada- y, sin embargo, cada uno de ellos se me clava como una estaca directa en el corazón porque están impregnados de tu ausencia.

Estás presente en mi mente, lo estás en mi vida, pero yo no puedo pasarme los días adorando algo abstracto, indefinido, algo -en el más amplio sentido de la palabra- ideal. Por eso, vayamos a lo concreto. Por eso, vayamos a lo preciso. Por eso, yo quiero encontrarte y tenerte próximo. Por eso, yo desespero al no saber nada de ti durante días.

Y es por eso que siento cómo las fuerzas se desvanecen de mi alma. Y es por eso que siento cómo regresan al recordarte, al pensarte, al imaginarte, al saber que mi destino es estar contigo.

Te pienso

No encuentro las palabras para decirte que te pienso en cada instante, para explicarte que te sueño en cada momento que transcurre, en cada milésima de segundo, en cada porción de tiempo. Tu sola imagen habita en mi mente como algo persitente -continuo, constante-, algo eterno que perdura para siempre.

Eres por lo que yo respiro, eres mi único anhelo. Te pienso y te imagino a mi lado; te sueño y te imagino cercano. No podrías idear cómo me consume el deseo de tenerte conmigo, pues yo quiero estar junto a ti.

Cómo decirle al mundo

Cómo voy a decirle al mundo entero que he encontrado al amor de mi vida. Dime cómo puedo decirlo pues, si lo hago, me tendrían envidia.

Tu efímera presencia es luz, es calma que irradia alegría, es vida, es como un sueño, como un día sin final, como un fin sin terminar. Tus palabras son la base de mi dicha, son las que acortan la distancia tornándola tan reducida, tan insignificante que anima a persistir. Amor, tus palabras son lo único que puedo tener de ti.

Sólo espero verte y muy pronto te tendré cerca porque el amor no entiende de fronteras ni distancias, ni tiempo... es imprevisible y nada más.

Tus palabras

Me gustan todas las palabras que salen de tus dedos; me gustan todas las partículas que forman tus frases. Me gustan tus vocales, tus consonantes, tus números, tus signos de interrogación, tus signos de exclamación, tus iconos, tus puntos suspensivos... y tus puntos y aparte.

Me gustan todos y cada uno de los símbolos que dejas escapar a través de la corriente de aire de éste nuestro mundo. Me gustan tus espacios, me inquietan tus silencios. Me gusta leerte y que me leas, entenderte y que me entiendas, apoyarte y que me apoyes.

Amor, me sentiría mejor si pudiese escucharte. Me sentiría mejor si pudiéramos vernos. Me sentiría feliz estando junto a ti.

Esperarte

Amor, podría esperarte una eternidad y -de hecho- lo haré: te esperaré el tiempo que haga falta; años, si es necesario.

Me quedaré quieta, muy quieta, viendo transcurrir todos los segundos que pasan frente a mis ojos. Miraré al firmamento mientras le pido a las estrellas un único deseo: estar junto a ti. Vale la pena esperar si el final es tenerte cerca. Si estás a mi lado -dime, Amor-, ¿qué más puedo pedir?

Me gustas porque algo especial encontré en ti. Te quiero porque me apoyas y me respetas. Te amo porque eres la persona que buscaba, mi mitad, el único que puede comprenderme en todos los aspectos.

Amor, te tenía en frente todo el tiempo... ¡lástima no haberme percatado antes!

Deja que te diga

Es posible que jamás te lo hayan dicho o puede que lo hayas escuchado infinidad de veces. Puede que sea impactante para tus oídos o posiblemente no te sorprendas absolutamente nada. A lo mejor te agrada o quizá te sea indiferente. Tal vez te lo dijeron una única vez y fue de corazón o puede que que te lo hayan dicho multitud de veces carecientes de sentimiento.

Sea como sea deja que te diga:

"Amor, estamos hechos el uno para el otro"